Espiel
Espiel
El municipio de Espiel se encuentra a unos 50 km de la ciudad de Córdoba, en el corazón del Valle del Guadiato. Espiel es conocido, entre otras cosas, por contar con una de las mejores zonas de escalada deportiva de Andalucía.
Espiel cuenta con un amplio Patrimonio artístico y monumental, uno de los hallazgos más importantes es la campana del Abad Sansón, considerara la campana más antigua de España y que actualmente se conserva en el Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba.
Qué ver y hacer en Espiel
Antigua Estación de Espiel
Antiguas instalaciones transformadas en Albergue Municipal, conserva la apariencia de Estación de Tren.
Castillete minero del Pozo Retorno y Pozo de Espiel
Fiestas populares
Día de los Tomillos · 19 de enero: se celebra el día 19 de enero, víspera de nuestro patrón San Sebastián. La fiesta comienza cuando, después de comer, numerosos grupos de espeleños, abandonan el pueblo en todas direcciones para recoger tomillo, que abunda en los cerros próximos y realizar haces con él. Al atardecer tiene lugar el regreso; unos traen los haces a «cuestas» y otros arrastrándolo; y todos cantando «Candelorio de renta, quien no traiga tomillos, no se calienta». Por la noche comienzan las candelas.
San Sebastián · 20 de enero: El 20 de Enero es el día del patrón de Espiel. Desde 2000, se ha recobrado la tradición de sacar su imagen en procesión por las calles de Espiel.
Carnaval: El carnaval de Espiel, se ha convertido con el tiempo en uno de los más llamativos de la comarca, en parte gracias a la gran cantidad de actividades que se desarrollan.
La peculiaridad más significativa del carnaval espeleño son las máscaras (personas disfrazadas con ropas viejas): que todas las tardes de carnaval llenan las calles incordiando a los que no se disfrazan.
Semana Santa: Tres sencillas procesiones desfilan en la Semana Santa espeleña. Desde el año 2000 el domingo de ramos se celebra la procesión de la borriquita, donde los niños son los protagonistas. En la medianoche del Jueves Santo sale la del silencio con las imágenes de Jesús Nazareno, la Virgen de los Dolores y Jesús Rescatado, mientras que en la noche del viernes lo hace el Santo Entierro.
Los judas: El sábado Santo. Los judas son unos muñecos de trapo rellenos de paja, serrín o hierba, que se realizan el Sábado Santo por la noche. Posteriormente se cuelgan en una cuerda entre dos ventanas o balcones de una calle a elevada altura, hasta la mañana del Domingo de Resurrección, en que se procede a «matarlos». Los encargados de este cometido, armados con escopetas y trabucos, recorren las calles buscando los judas, disparando sobre ellos con cartuchos de fogueo. Una vez matados simbólicamente, llega el turno de los jóvenes que se abalanzan sobre ellos destrozándolos, e iniciándose una lucha despiadada de paja y serrín, que concluye con el pueblo lleno de harapos, zapatos y los más diversos materiales utilizados en su confección.
Romería: El último fin de semana de abril se celebran las fiestas en honor de la Virgen de Estrella, patrona de Espiel.
La fiesta comienza el sábado por la tarde con el tradicional baile del “patatún”. Los niños, principalmente, realizan un baile marcado por los sones de los tambores.
La noche del sábado está dedicada al flamenco; con un festival que reúne a todos los aficionados de la comarca. El domingo, día de romería, comienza la jornada con la salida de carrozas y caballistas desde el paseo hasta la ermita, situada a 3 Km de Espiel. Allí, después de la ofrenda floral a la patrona y de la misa se reúnen las familias para disfrutar de unas intensas horas de convivencia y degustar el plato típico espeleño: el hornazo. Por la noche hay fiesta con baile y al día siguiente, fiesta local, se procesiona a la Virgen por las calles de su pueblo.
Cruces de Mayo: Primer fin de semana de mayo. Grupos de vecinos engalanan sus plazas o calles con multitud de macetas, y objetos diversos, que enaltecen aún más a la cruz, que, llena de flores, preside desde un lugar predominante.
Feria: Primer jueves de agosto
Aunque el primer día de feria es el jueves, el miércoles se puede se procede al encendido del alumbrado y la coronación de la reina de las fiestas y de sus damas. Numerosas actividades deportivas, culturales, religiosas y lúdicas se van alternando hasta el domingo, destacando: el día del espeleño (viernes), en el que todos se reúnen en la Carpa Municipal para degustar una comida de confraternidad y las noches de baile en la Caseta Municipal y en la de la Juventud.
Cofradía: El último domingo de septiembre se celebra la Cofradía, que puede considerarse como una «Romería chica», en la que la Virgen de Estrella es devuelta a su Santuario, hasta el próximo Abril.
Día de las gachas: 13 de noviembre. Antiguamente, los jóvenes se reunían en grupos de amigos para comprar harina, leche, miel… ingredientes con los que durante la noche se guisaban gachas que se comían en gran fiesta sazonada con baile, copas y canciones en reuniones amigables. Con las gachas sobrantes se tapaban las cerraduras de las casas del pueblo. Actualmente, estas reuniones se siguen celebrando aunque el objetivo ya no es cocinar y comer las gachas, sino el de tapar las cerraduras con un engrudo de harina y agua, principalmente.
Navidad: Destacan en la navidad espeleña: El certamen de Villancicos Sierra del Castillo y la cabalgata de Reyes Magos con posterior recepción a los niños en la tarde noche del 5 de Enero.
Puntos de Información
Ayuntamiento de Espiel
c/ Andalucía, 7
C.P. 14220 – Espiel (Córdoba)
Teléfono: 957 363 022 · 957 363 172 · 957 363 339
Un poco de historia de Espiel
Por su situación estratégica, Espiel influyó en el asentamiento protohistórico, encontrándose una gran cantidad de yacimientos del calcolítico, del megalítico, etc. Hay varios asentamientos que destacan como son el de La Estrella, La Alhondiguilla o El Vacar. Sin embargo, los primeros indicios de civilización corresponden a la época romana. Se han encontrado restos, como monedas o sepulcros, de la población Siciliana por lo que se deduce esta estuvo asentada allí. Posteriormente, tras las invasiones de los pueblos germánicos, resulta importante reseñar la existencia del conjunto arqueológico de «El Germo», constituido por una basílica y un baptisterio visigodos, erigidos hacia el 600 d. C. La época islámica nos ha legado el castillo musulmán de «El Vacar». Se trata de una fortaleza de la época califal construida en tiempos de al–Hakam II y que Fernando III donó a Córdoba en el 1237.
Tras la Reconquista, Espiel pasó a pertenecer al señorío de Córdoba y, ya en el año 1546, Pedro Sánchez de Sepúlveda ganó una provisión para que la villa tuviese alcalde, alguacil y escribano. De ese modo se evitaban las molestias originadas a sus vecinos cuando tenían que ir a Villanueva para sus negocios y otorgamientos de escrituras. En el siglo XVII fue comprada por Juan Jiménez de Góngora, luego marqués de Almodóvar de Trasserra. Los vecinos espeleños dan crédito a la tradición de que el pueblo se remonta en sus inicios a unas chozas (hechas por unos cabreros en los actuales asentamientos de la villa), las que después se convirtieron en casas que se fueron amontonando poco a poco, aunque no se precisa en qué momento. Este territorio estuvo en la antigüedad muy poblado de aldeas, contándose además los asentamientos de algunos célebres monasterios de cuyos edificios se conocen aún las ruinas, parte de las cuales pertenecen al término de Villaviciosa.
Durante el siglo XIX se produjo el desarrollo económico de la zona gracias a la actividad minero–industrial que aconteció en la cuenca carbonífera. Dicha actividad produjo la llegada del ferrocarril a Espiel, buscando dar salida a la extracción del carbón. En 1873 Espiel contaba con una estación de ferrocarril propia. Esta dinámica se mantuvo hasta la segunda mitad del siglo XX, en que la actividad minera y ferroviaria decayó. Espiel también destacó durante el último tercio del siglo XIX como un lugar de reposo y curación, llegando a construirse varios balnearios para acoger a la burguesía que acudía desde lugares lejanos a recibir tratamiento. A finales del siglo XX y principios del XXI, además de la tradicional economía agrícola y ganadera, se desarrolló una importante actividad industrial en los sectores metalúrgico, maderero, de elaboración de gres y transformación del plástico, en los cuatro polígonos industriales de la villa.
Tras la conquista árabe en el siglo VIII, la ciudad pasó a llamarse «El Vacar» y se construyó un castillo. En el siglo XIII, el castillo fue donado a la ciudad de Córdoba. Tras la Reconquista, la ciudad pasó a formar parte del señorío de Córdoba.